"Hemos vivido la pandemia como un reto enorme. Las previsiones se han ido al traste y con la tienda on line hemos sido capaces de recortar los efectos y ahora ya pronto vamos a volver a la oficina en Palma y dejar el tetetrabajo".
"Hemos investigado mucho con bastante desarrollo y el planteamiento era hacer un zapato muy diferente, con compromiso local y aprovechar la experiencia del sector. Productos como la lana merina y las plantillas a partir del aceite de las plantas de ricino, han sido claves".
"Para hacer un zapato se tarda 6 meses y en la fabricación se puede llegar a 150 personas", ha explicado Mas, quien ha añadido que "me he formado en el tema financiero y después me moví hacia el calzado. Ya en Palma me decidí a crear algo diferente, innovador. De hecho, tenemos la sede en Palma".
Así, el creador de YUCCS ha asegurado que "ser emprendedor es una aventura. El primer año es el más duro, hay mucha incertidumbre ya que es un producto que pones a prueba en el mercado. En este segundo año ya tenemos mayor crecimiento, lo conocemos un poco mejor. Es difícil emprender".
"Queríamos hacer una zapatilla muy cómoda y también con el máximo confort. Todo el mundo utiliza pieles, poliéster y en la misma naturaleza hemos encontrado la lana merina". Y ha añadido que "es un material muy flexible, transpirable y cuando te la pones es como un calcetín. Es ideal para el día a día y son nuestros clientes los que nos aseguran que es la zapatilla más cómoda".
"Podemos enviar a toda Europa y en la página web están todos los modelos https://yuccs.com/".
