Del todo está cerrado con el ‘pacto a la naranja’ de la Comunidad Valenciana… al veto explícito del Partido Popular a VOX en la Asamblea de Murcia. Un veto de los populares a los de VOX en Murcia que ha sorprendido ante lo que parecía ser, tras el 28M, un pacto general de colaboración en toda España. Y que, además, ha soliviantado los ánimos.
Marga Prohens necesita que Jorge Campos esté junto a ella en sus aspiraciones para ser la nueva presidenta del Govern balear. Un apoyo en dos posibles formatos: los votos explícitos de VOX en la primera sesión de investidura a favor de la candidata del PP o la abstención en las siguientes convocatorias. Unos votos, los de VOX, que se concederán a cambio de estar en el Govern.
Y el modelo de Castilla y León es apoyar explícitamente en el Parlament a Marga Prohens para que sea la nueva presidenta del Govern a cambio de consellerias -quizás una vicepresidencia- y altos cargos en el ejecutivo balear.
Un intercambio de propuestas que no acaba de concretarse en la negociación secreta y confidencial que están desarrollando los dos partidos y que, además, tiene sobre ellos la última orden ejecutiva surgida de la sede central de los populares.
Unos principios programáticos que pasan por la igualdad radical en todos los ámbitos entre los hombres y las mujeres, la lucha contra la violencia machista, el respeto a la lengua propia de las Islas Baleares y la libertad de todos a la hora de decidir sus propias tendencias personales. Todo lo demás es negociable.