Por ello, este lunes tampoco podían faltar a la cita, tras dos años de restricciones por la pandemia, las actividades organizadas para la celebración de Sant Antoni en Capdepera. De la cochería de Ca Na Vergera, salían de nuevo los dimonis para realizar el primer baile de este año.
Una multitud de vecinos se concentraron ante el Ayuntamiento, ataviados con camisa blanca y pañuelos rojos para poder contemplar la tradicional rotura de la cruz de mata colocada en el suelo frente a las puertas de la Iglesia. Acto seguido, los dos dimonis, acompañados de la banda de música, bailaban con la gente que los esperaba con ansia, y antes de recorrer la calles de Capdepera.
Así comenzaban los gabellins su fiesta más sentida, con la salida de dimonis y la repicada de campanas que anunciaba el inicio de una de las fiestas más importantes del año.