La violencia, la sensación de inseguridad y el miedo han transformado a Son Ferriol. De ser una zona tranquila y residencial, en la que todos los vecinos se implican y colaboran en lo que ellos denominan un pueblo dentro de Palma, se ha pasado a evitar salir a ciertas horas por miedo. El motivo es el creciente vandalismo en el barrio. Si bien se trata de una pandilla y no de un hecho generalizado entre la juventud de Son Ferriol, los graves acontecimientos del pasado miércoles, que tuvieron como resultado un vecino operado de urgencia y en la UCI y varios con agresiones, han corroborado que hoy por hoy algo no está funcionando a la hora de garantizar la seguridad en las barriadas.
Aunque los agresores han sido identificados y detenidos, han proferido graves amenazas a aquellos que intervinieron en la pelea. Es por este motivo que rehúsan a hacer declaraciones a los medios, por miedo a represalias. Una negativa que demuestra cómo se está viviendo esta situación entre los vecinos.
Un grave y preocupante acontecimiento que deja la pelota sobre el tejado del Ayuntamiento de Palma y la Delegación del Gobierno para ver si ponen a disposición de las fuerzas de seguridad los medios suficientes para revertir esta situación en los barrios.