Poco a poco, día a día, regresa el verano de verdad. Tras las tormentas, el granizo, los rayos y la lluvia, el cielo mostrará de nuevo el azul del verano y el sol recuperará su protagonismo.
Este fin de semana arrancan unos días de estabilidad y calma meteorológica, con pocas nubes, viento flojo, el Embat refrescando el ambiente en las zonas más próximas a las costas y los termómetros en niveles ya realmente cálidos y propios del verano, pero sin agonios.
De hecho, está previsto que este sábado superemos los 31 grados, y el domingo los 32 o, incluso, los 33 grados.
Ya durante la semana próxima se irá caldeando el ambiente. La Agencia Estatal de Meteorología prevé superar en las Illes Baleares los 34 o, incluso, los 35 grados, pero será siempre en las zonas interiores de las islas, especialmente en Mallorca.
Lo que sí se descarta, por ahora, desde la AEMET es una nueva ola de calor. De hecho, los 35 grados que se acercan es el parámetro térmico habitual del verano. Nada excepcional.
Todo ello a la espera de la evolución de la temperatura del mar, que está en máximos históricos, y del efecto que esta circunstancia tiene en las tormentas del final del verano. Ya se sabe: a un mar muy caliente le sigue una evaporación intensa del agua que, al contactar con el aire frío de los primeros días de septiembre, provoca tormentas de carácter fuerte, no excepcionales en nuestras latitudes pero que en los últimos años adquieren, incluso, efectos extremos.
Volvemos, pues, al verano.