Incomodidad y malestar. Esa es la sensación general entre los comerciantes y restauradores en el primer día de aplicación de las medidas recogidas en el Plan de Ahorro Energético aprobado por el Gobierno. La pérdida de clientes o el daño que puedan sufrir algunos de sus productos perecederos son algunas de las preocupaciones que han manifestado estos pequeños empresarios, conscientes de que les queda un largo final de verano.
Con la entrada en vigor de las medidas de ahorro energético aprobadas por el Gobierno de España, el Ejecutivo autonómico ha querido clarificar los casos en los que prevalece la normativa de prevención de riesgos laborales.
Así, el plan contempla medidas como el apagado de las luces de los edificios públicos a partir de las diez de la noche y una temperatura máxima de 27 grados en el aire acondicionado en verano en locales comerciales y de hostelería, así como en edificios públicos.
Sin embargo, existen una serie de excepciones a estas medidas. Así, serán las empresas las que, a través de sus servicios de prevención las que deberán evaluar los riesgos que hay en cada uno de los puestos de trabajo, estableciendo las temperaturas adecuadas para garantizar que el empleado desarrolla su tarea en las óptimas condiciones de seguridad y salud.
En concreto, deberán aplicarse estas excepciones en empleos con altas temperaturas como las cocinas de establecimientos turísticos o restaurantes. También en las lavanderías o fábricas donde hay elevados niveles de humedad o con una radiación térmica elevada.
Por otro lado, en los empleos donde se lleve a cabo una intensa actividad física como en comedores de hotel o restaurantes y las salas de máquinas, también prevalecería la normativa de prevención de riesgos laborales.