Conti ha reconocido que "todo se paró con la llegada de la pandemia. La situación ha afectado mucho a alumnos, profesores y familias. Ha sido como el juego de la oca: después de una primera legislatura en la que se pudo revertir la situación heredada del Govern de José Ramón Bauzà, ahora hemos tenido que volver atrás. No hemos podido arrancar de manera definitiva".
La vicepresidenta de FAPA ha querido destacar que "la Administración, al igual que toda la comunidad educativa, ha realizado un sobreesfuerzo y un trabajo muy importante, trabajando las 24 horas del día, fines de semana incluidos. Las decisiones tomadas han permitido que las escuelas hayan podido permanecer con las puertas abiertas, así que consideramos que las decisiones han sido las adecuadas".
Eso sí, Conti ha querido señalar que a partir de ahora, con las buenas cifras sanitarias que registra Balears y el ritmo de vacunación alcanzado, "pedimos que de cara al curso que viene las medidas que existen en los centro se vayan modulando al mismo ritmo que lo hacen en el resto de la sociedad".
Desde FAPA también han señalado que la "bajada de ratios de alumnos por aula es muy positiva, pero también hay que tener en cuenta que este curso han acudido menos alumnos a los centros. Así que de cara al futuro esta medida no nos sirve, por lo que seguiremos presionando para que se construyan nuevos centros educativos que permitan no seguir masificando los institutos de manera efectiva".
Conti también ha querido recordar a la Conselleria que dirige Martí March que "seremos muy intransigentes en todo lo que hace referencia a la atención a la diversidad. Algunos alumnos se han quedado sin su atención específica durante el último curso. Así que nuestra tarea va a ser todos los casos que detectemos de mala praxis uno por uno. Defender un caso hoy evita que se puedan repetir nuevas situaciones en el futuro".
Desde FAPA han calificado la Ley Educativa de "poco ambiciosa", al tiempo que reconocen que será difícil que "los partidos políticos lleguen a un consenso". Ya por último, Conti ha querido señalar que "si desde la Administración no nos aportan alternativas, los centros educativos se deberían convertir en un centro de conciliación. No me refiero al personal que ya da clase a nuestro hijos, sino a la infraestructura, a los edificios en sí. Hemos mantenido diferentes reuniones, pero lo cierto es que no se ha tomado ninguna medida concreta".