El Tribunal Supremo ha decidido que sea el banco y no el cliente quien pague los impuestos al firmarse una hipoteca.

Así, la entidad bancaria debería encargarse de abonar las tasas sobre los actos jurídicos en la firma de la hipoteca, corrigiendo los términos contractuales anteriores.

La sentencia, fechada el pasado 16 de octubre, estipula el cambio en la jurisprudencia con tal de que sea la entidad prestamista, y no el que percibe el préstamo, el interesado en inscribir la operación y elevarla a escritura pública.

Así, la sala tercera del Tribunal Supremo modifica su dictamen anterior e interpreta el texto refundido de la ley del impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, y concluye que no es el prestatario el sujeto pasivo de este impuesto, sino la entidad que presta el dinero.