La investigación empezó con la aparición de unos grafitis la madrugada del día 20 de abril en las fachadas del convento de Santa Magdalena y del convento de Sant Antoniet.
En el curso de las tareas indagatorias, los agentes del GISD supieron que aquella misma noche un ciudadano había denunciado telefónicamente que unos jóvenes pintaban, en la plaza del Tub, las paredes de los institutos Joan Alcover y Ramon Llull, también edificios catalogados con el nivel A-2.
Rápidamente, se desplazó una patrulla de la Unidad Nocturna que encontró que una dotación de la Policía Nacional ya había identificado dos menores e intervenidos tres espráis y dos rotuladores permanentes, a la vez que ya habían fotografiado las pintadas.
Los investigadores del GISD solicitaron las actuaciones de la Policía Nacional y después de realizar las inspecciones técnicas oportunas establecieron que estas y las de los conventos tenían la misma autoría.
Al tratarse de pintadas que afectan a edificios singulares, la eliminación de las cuales suponen gastos más elevados de lo habitual, se está a la espera de la evaluación de los costes para determinar si se trata de una infracción penal o administrativa y, en consecuencia, de las repercusiones que tendrá hacia los menores. En todo caso, la responsabilidad civil recaería sobre los progenitores.
