Tras las indicaciones de los testigos, los agentes localizaron a la víctima y a su agresor, un ciudadano español de 32 años, que presentaba un comportamiento muy violento con testigos y agentes, por lo cual tuvo que ser reducido con la fuerza estrictamente necesaria e introducido en el coche patrulla por la seguridad de los presentes.
La mujer manifestó a los policías que el agresor era pareja suya y que por celos la había insultado y agredido físicamente de carácter leve. A pesar de ello no quiso presentar denuncia.
Por declaraciones de testigos, los agentes pudieron saber que el varón había agarrado del pelo a la mujer, le había propinado una serie de bofetones y la había lanzado violentamente contra la pared. Una pareja se interpuso ante ambos provocando la ira del agresor, el cual empujó al varón hacia la calzada por donde circulaban numerosos vehículos y cogió del cuello a la valiente mujer que intentaba evitar que continuara el maltrato, después al verse presionado por los presentes el autor de los hechos dejó de agredirlos.
El detenido causó importantes desperfectos en el vehículo policial como la fractura del cristal de la puerta, la rotura de la moldura interior y diferentes daños en la carrocería, lo cual hizo necesario solicitar otra unidad para proceder al traslado a dependencias de la Policía Local.
El autor pasó a disposición judicial el mismo día 1 de mayo por los presuntos delitos de lesiones de menor gravedad en el ámbito familiar, delito de daños y delito de lesiones. Quedó en libertad con cargos.
A pesar de la renuncia de la víctima a denunciar, su expediente fue incluido en el sistema VIOGEN para realizar un seguimiento de su caso.
