El arreón final

No tiene que venir alguien como yo a contaros que el fútbol es inexplicable. No necesitáis que os lo diga nadie, pero cuando se trata del Mallorca y más aún en el último lustro, no hay nada que hacer, no hay por dónde cogerlo.

El Mallorca tiene la extraña capacidad de hacerme creer que durante 80 minutos no le ganaría ni al Son Oliva, (por citar un club al que aprecio). Y vosotros, aficionados, ponéis vuestro granito de arena para convertirlo en equipo de regional durante esos 80 primeros minutos. Pero el Mallorca consigue un gol , y de manera incomprensible,  los últimos 10 minutos, esos 10 minutos, me hace creer que podría ganarle al PSG con ventaja de 4-0 en la ida. Y ahí es cuando empieza el jaleo en la grada y vosotros, os convertís en la mejor afición del mundo, que aprieta, que grita, que lleva al equipo en volandas y que parece capaz de bajar al verde y meter el gol de la victoria. Y ese fenómeno que se ha repetido varias veces esta temporada, es el arreón final. Y yo me pregunto por qué no todos los días son un arreón final.

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