Para que todo reviente
Al final todo termina siendo como un cónclave papal. Volveremos a ir a votar, saldrán elegidos más o menos diputados. Pactarán o no pactarán.
El problema está en que se reunirán entre ellos, haciendo el paripé, repartiéndose las sillas. Es lo que hemos visto hasta día de hoy tras la investidura fallida de Pedro Sánchez.
Cuatro votaciones en cuatro años y no tener unos políticos que sean capaces de ponerse de acuerdo... Y lo que hemos votado no sirve para nada.
¿Y si empezamos a reírnos nosotros de ellos, de los políticos? 180 millones de euros para un nuevo proceso electoral... Y para más inri Risto Mejide presenta un nuevo partido, aunque pensándolo bien... ¡Yo voto para que todo reviente!