Letizia y Sofía, a la greña en Marivent

El palacio mallorquín de Marivent acoge cada verano a las dos reinas de España: Letizia y Sofía. No es un secreto para nadie que las relaciones entre ambas no son del todo fluidas. Aún colea el conflicto protagonizado por ellas y la princesa Leonor a las puertas de la Seu de Palma.
Un año más, la reina consorte y la reina emérita compartirán durante unos breves días los salones, jardines, comedor, terraza, cocina, piscina y jardines de Marivent… con algunos momentos de convivencia que, quizás, pueden ser no del todo pacíficos.
Susana Hernández recrea, desde su particular visión de guionista de cine y televisión, un hipotético diálogo entre ellas dos.
- JARDINES DEL PALACIO DE MARIVENT, POR LA MAÑANA
La reina Sofía se encuentra en la piscina del Palacio de Marivent junto a sus nietos. Victoria Federica le enseña a su prima Irene la nueva manicura que se acaba de hacer mientras Juan, Pablo y Miguel se dan un baño y Froilán fuma algo no muy legal aplatanado en una tumbona.
Todos los nietos están allí. Bueno, todos no. No están, por supuesto, las hijas de los actuales reyes de España: Leonor y Sofía.
La reina emérita disfruta tranquilamente de un refresco al tiempo que toma el sol acompañada de su prole. De pronto, el sol de Sofía se oscurece debido a la sombra de un nuevo personaje que acaba de entrar en escena: Letizia.
SOFÍA:
(Con sequedad)
¿Qué haces aquí?
LETIZIA:
(Mostrando en su voz la misma acritud)
¿Aquí? ¿Te refieres a mi palacio?
SOFÍA:
Te equivocas, querida. Marivent es MI palacio. ¡Pero bueno, si tú apenas te pasas ya por aquí!
LETIZIA:
(Con una falsa sonrisa)
Creo que te confundes, Sofía. ¿O es que tu enooorme edad ya te ha hecho olvidarlo? Tú ya no eres reina. Lo soy yo, y este es MI palacio.
SOFÍA:
(Se levanta de la tumbona, furiosa, dispuesta a enfrentarse)
Soy Sofía Margarita Victoria Federica, hija primogénita del rey Pablo I de Grecia y de la reina Federica. De la familia de los Schleswig Holstein Sondeburg Glüksburg. Fui educada en el prestigioso internado Schule Schloss Salem; tengo estudios universitarios de bellas artes, arqueología, humanidades y hasta una formación profesional en puericultura; soy doctora en Derecho Civil por la Universidad de Oxford; princesa de Grecia y Dinamarca, y reina consorte de España desde 1969.
(Hace una pausa para retomar aire tras la larga enumeración de sus logros)
Y no voy a permitir que tú, una ‘juntaletras’ recién llegada, me robe lo que es mío. ¿Primero mi hijo y ahora mi palacio? Por ahí no pienso pasar.
LETIZIA:
(Manteniendo una actitud relajada y de aire superior)
Muy bien. Pero te equivocas en algo, Sofía.
SOFÍA:
(Desafiante)
Ah, ¿sí? ¿En qué?
LETIZIA:
No eres reina de España desde 1969. Eres reina desde 1969 y ¡HASTA 2014! Ahora la reina soy yo y las cosas se harán a mi manera.
Ambas mujeres intercambian una mirada cargada de odio, entendiendo que jamás habrá un punto de encuentro entre ellas y, por tanto, no tiene sentido continuar con esta conversación.
SOFÍA:
Al menos te habrás traído a las niñas.
LETIZIA:
Pues claro que no. Mi idea era venir aquí sola, a relajarme, puesto que Felipe sigue en Madrid ocupándose de la puñetera investidura de los memos esos. Lo que no esperaba es que hubieras montado todo un campamento de verano.
SOFÍA:
¡Son mis nietos! Quieren ver a su abuela, igual que yo quiero verlos a ellos.
LETIZIA:
Sofía, sé realista. Sabes de sobra que solo vienen por la piscina.
SOFÍA:
(Con voz angustiada)
Pues a esta piscina podrías traer también a Leonor y Sofía, que ya apenas las veo. Y ya no es solo que no dejes que pasen conmigo el verano, ¡sino que ya ni mis caramelos de anís me dejas darles!
LETIZIA:
Leonor y Sofía llevan una alimentación muy estricta y…
SOFÍA:
(Interrumpiéndola)
Y completa. Sí, lo sé. Me sé el discursito de memoria. ¡Pero son niñas y también tienen derecho a divertirse y a saborear mis caramelos de anís! Seguro que sí que dejas que tu madre les dé cosas. Seguro que las has dejado con Paloma.
LETIZIA:
(Desafiante)
¿Y qué si es así? ¿Qué quieres? ¿Qué vengan aquí y terminen como tus otros nietos? ¿Cómo Froilán que no deja de ir de fiestas y emporrado? ¿Cómo Victoria, con un tatuaje y de pijerío con Juan Magán? ¿O como los hijos de Cristina e Iñaki?
SOFÍA:
¿Y a ellos qué les pasa?
LETIZIA:
(Cruzándose de brazos)
Su padre está en prisión, tú me dirás.
SOFÍA:
(Empezando a perder la paciencia)
Los errores de un padre no tienen nada que ver con la vida y carácter de sus hijos.
LETIZIA:
Claro, claro. O si no que te lo digan a ti, ¿verdad? ¿O no estuvo tu padre con un gigoló? ¿Cómo se llamaba? ¿Denham Fouts?
La reina emérita entra en cólera. Está a punto de abalanzarse sobre el cuello de Letizia cuando el rey Felipe VI, que también viene por sorpresa, entra por la puerta.
Al verle, instantáneamente ambas mujeres sonríen y adoptan una posición sosegada, disimulando todo lo que acaba de pasar.
El rey se dirige a su esposa y la besa, para después acercarse a su madre y abrazarla.
FELIPE:
¿Todo bien por aquí, chicas?
SOFÍA Y LETIZIA:
(Con una sonrisa, fingiendo amabilidad la una con la otra)
Estupendamente, cariño.