"Son Moix va a ser un estadio del siglo veintiuno, abierto a la ciudad y en el que se respirará un ambiente único. Se aplicará una política de "tolerancia cero frente a la violencia, el racismo y la xenofobia.
"Cualquier actitud de este tipo va a ser siempre rechazada por parte del club. Se ha prohibido la marca y simbología del grupo. Todo el mundo que quiera venir al estadio a animar al equipo a sumar será bienvenido".
"La idea es mezclar el mundo del espectáculo con el fútbol, hacer algo completamente distinto. Y si hay que rectificar algo, se rectificará. Estamos en constante adaptación. Tenemos la idea definida de cosas que se harán, pero lo que ocurre en cada momento no. Ellos ya tienen mucha experiencia y saben lo que hacen».
"Es un estadio pensado para los mallorquinistas. Lo hemos acercado al público, con gradas y asientos nuevos, espacios más amplios… Un cambio completo para cuidar de nuestra gente. Queremos que la afición, sobre todo la que ha estado ahí en Segunda B, tenga un estadio de cinco estrellas".