La nube de gases de La Palma sobrevuela Baleares
Aunque el volcán de La Palma está a casi tres mil kilómetros de distancia de las Islas Baleares, su nube de gases tóxicos nos ha sobrevolado. Afortunadamente y por ahora, sin consecuencias.
La nube de gases emanados desde el volcán de La Palma ha alcanzado ya a las Islas Baleares, según informa la Agencia Europea del Espacio (ESA por sus siglas en inglés) con los datos aportados por su satélite Copernicus.
Esta nube está formada, principalmente, por gases tóxicos, destacando el dióxido de azufre (SO2).
En estos momentos se extiende desde las Canarias sobre el norte de África, sur de la Península Ibérica, alcanza a las islas vecinas de Córcega y Cerdeña, y avanza hacia el sur de Francia, Italia y el Mediterráneo oriental.
A pesar de su composición, los expertos de la Agencia Europea del Medio Ambiente insisten de forma reiterada en que la nube no es, en estos momentos, peligrosa para la población de los territorios sobre los que se extiende.
La altura a la que circulan los gases en la atmosfera, y por encima de la tierra y el mar, los alejan de la respiración humana, las poblaciones y el entorno natural.
Es cierto que la lluvia haría caer las moléculas de los gases tóxicos sobre la superficie del planeta, pero lo harían tremendamente diluidas con lo que, como máximo, las gotas serían algo más ácidas, con un pH más elevado, pero sin ser en ningún caso corrosivas.
El dióxido de azufre es uno de los gases más comunes emitidos durante una erupción volcánica, que también libera a la atmósfera dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno y haluros de hidrógeno.
El SO2 es un gas incoloro con un olor acre que irrita la piel y los tejidos y las membranas mucosas de los ojos, la nariz y la garganta, por lo que puede ser peligroso cerca del volcán de La Palma pero prácticamente inocuo bajo la nube en Baleares.