La borrasca Blas desdibuja un tenue 'Vuit de La Seu'

La lluvia y las nubes con las que amanecía el día no hacían presagiar nada bueno. Blas ha cumplido con su amenaza y se ha mostrado inmisericorde con la Fiesta de la Luz en la Catedral de Palma.

Desde primera hora de la mañana, un numeroso grupo de curiosos ocupaba buena parte de los bancos de la nave central de La Seu.

A medida que iban transcurriendo los minutos la decepción se iba plasmando en la cara de los asistentes, entre los que se encontraban muchos turistas y hasta un grupo de alumnos del centro Escola Global que habían logrado convencer a su profesora para acudir a La Seu.

"Justo la semana pasada estábamos hablando del Gótico en clase y les expliqué qué pasaba en La Seu cada once de noviembre y cada dos de febrero. Fueron ellos quienes miraron el calendario y me dijeron de venir", ha asegurado esta joven profesora de Sociales, quien ha añadido que "estamos un poco decepcionados, pero es algo que no podemos controlar", para acabar señalando que "al menos vamos a aprovechar y vamos a ir a desayunar".

Otra de las asistentes ha relatado que "es la primera vez que vengo. De hecho, volé ayer desde Alemania, que es donde vivo, y esperaba encontrar algo más de sol en Mallorca, pero la verdad es que no ha habido suerte".

A las 8:25, con la Catedral prácticamente vacía, el sol lograba abrirse paso entre la oscuridad de La Seu y el rosetón mayor se reflejaba tenuemente sobre la fachada opuesta, en un desenlace inesperado que lograba incluso sorprender a los responsables de la Catedral.

Un espectáculo lumínico que se repite dos veces al año: el once de noviembre, día de San Martín, y el 2 de febrero, festividad de la Candelaria.

Comentarios