"Se tendría que pedir perdón", ha aseverado Salom, en respuesta a una pregunta de los medios durante una rueda de prensa. La delegada ha recalcado que "ha habido demasiados muertos" y "muchas personas que han sufrido mucho".
La delegada ha resaltado "el mal y el sufrimiento que se ha causado en España y aquí en Baleares" y ha insistido en que se tiene que reconfortar "de alguna manera" a las "familias que han perdido a alguien querido".
La banda terrorista ETA se ha disuelto tras casi 60 años de trayectoria, durante la que ha dejado por el camino 829 víctimas mortales, de las cuales el 90 por ciento fallecieron en atentados cometidos durante la democracia. Además, secuestró a alrededor de 80 personas, extorsionó a 10.000 empresarios, y se disuelve con 358 crímenes sin resolver.
Precisamente, las últimas víctimas mortales de ETA en España fueron asesinadas en un atentado cometido en Baleares. La explosión de una bomba-lapa colocada en los bajos de su automóvil asesinó a los guardias civiles Carlos Saenz tejada y Diego Salvá, el Palmanova, el 30 de julio de 2009 en Calviá.