Bajo el liderazgo de Ignacio Galán, Iberdrola es un ejemplo de anticipación a la transición energética. En las dos últimas décadas, la compañía ha invertido 150.000 millones de euros en el desarrollo de las energías renovables y las redes eléctricas, que le han permitido estar a la vanguardia de la revolución energética y ofrecer un modelo de negocio sostenible, competitivo y que crea valor para la sociedad. Este compromiso con el planeta ha situado a la empresa entre las tres eléctricas más grandes del mundo por capitalización y liderar el sector con su ambición climática.
Su apuesta decidida por las renovables le ha llevado a colocarse a la cabeza del sector con más de 41.000 MW ‘limpios’, al mismo tiempo que ha supervisado el cierre de sus centrales de carbón y fueloil en todo el mundo, que sumaban casi 7.500 MW de capacidad instalada.
Gracias a la implicación con el medio ambiente, las emisiones de Iberdrola son un ya 75% menores que la de sus homólogos europeos y aspira a alcanzar la neutralidad en carbono para los alcances 1 y 2 en 2030 y las emisiones netas cero antes de 2040 para toda su actividad.
El rumbo de la compañía, según Galán, es acelerar la electrificación invirtiendo en infraestructuras de generación renovable, redes, almacenamiento e hidrógeno verde. Así, con el desarrollo de las energías limpias, se evita el agravamiento de las consecuencias del calentamiento global en las sociedades, se incrementa la autosuficiencia energética y la seguridad de suministro y se generan nuevas oportunidades de industrialización y empleo. El compromiso de la energética se refleja en su plan estratégico de 2023 a 2025, que prevé unas inversiones adicionales de 47.000 millones de euros, 27.000 millones dedicados a redes y otros 17.000 millones, para seguir promoviendo la lucha contra el cambio climático.
La lista completa está disponible en time.com/time100-climate.