Así lo hicieron, ya, en la presentación de la última edición de la Festa des Vermar. Es la segunda actividad, organizada por el Ayuntamiento del municipio, que se celebra en esta nueva edición de la feria después de la convocatoria del lunes en la que se visitó la tafona de Bellveure.
Can Julià se encuentra en la Calle de la Goleta en Robines con vistas a la imperiosa Serra de Tramuntana, una zona en la que, además de este casal, deben destacarse las casas de Can Carreter, Can Biscaí y Can Garrover. Es una muestra del patrimonio cultural e histórico de Binissalem que ha permanecido cerrado durante años y que, ahora, ha vuelto a tener vida con la reforma que los actuales propietarios han llevado a cabo.
Durante la visita los asistentes han podido disfrutar de un refrigerio con música en directo para ambientar el acto. Por delante quedan ahora cuatro días llenos de actividades para todas las edades y gustos poniendo en valor el trabajo artesano y la importancia de la piedra de Binissalem.