Revisar las recomendaciones planteadas hasta la fecha sobre el tratamiento mediático del suicidio y adaptarlas a las limitaciones de los mensajes en las principales redes sociales. Este es el objetivo del estudio “Los medios de comunicación ante la información sobre el suicidio en redes sociales: propuestas para un tratamiento responsable”. Esta mañana, en el CESAG, dos de sus investigadores, la Dra. Ángeles Durán y el Dr. Francisco Javier Paniagua, han presentado los resultados de los seis meses que han invertido analizando 9 medios de comunicación y 7 organizaciones.
De los 114 tuits analizados y el tratamiento que se ha hecho de diferentes casos en los medios de comunicación y redes sociales, se ha llegado a la conclusión que el principal papel que juegan las nuevas tecnologías, es la de la prevención.
De esta manera, se propone dar cobertura a esta problemática, con la misma sensibilidad que se trata la información de violencia de género, manteniendo en el anonimato los datos que permitan la identificación de la víctima, como el nombre completo, datos familiares o el municipio, pero aportando información que permita generar estadísticas, como la provincia, la edad o el sexo de la víctima, así como el detonante, si se trata de un problema social, como es el acoso o ciberacoso. Todo ello sin publicar información que pueda provocar un efecto llamada. En definitiva, un código deontológico que ponga el foco en el problema y no en la víctima de algo tan dramático como es el suicidio.