Los hechos ocurrieron en marzo de 2016 en el municipio mallorquín de Son Servera, cuando el acusado tenía 22 años y la víctima, V.S., 19 años.
Según el escrito de acusación, el agresor la agarró fuertemente del cuerpo, le tapó la boca y la nariz con una mano, "ejerciendo una gran presión e impidiendo que pudiera respirar". "Pocos minutos después", esto le provocó su muerte "por asfixia mecánica por sofocación", explica.
Cabe recordar, que al día siguiente de los hechos, el procesado se presentó ante las dependencias de la Guardia Civil de Artá diciendo que creía que había matado a su pareja.
El acusado ya había sido condenado en septiembre de 2014 por un delito de malos tratos en el ámbito familiar contra la fallecida. Fue condenado a 22 días de trabajo en beneficio de la comunidad, prohibición de un año de tenencia de armas y orden de alejamiento a menos de 200 metros y prohibición de comunicación por un periodo de ocho meses, por lo que estaba ya extinguido, así como el pago de 210 euros.
Tras el suceso, los vecinos de Son Servera se reunieron en un acto multitudinario para recordar a la joven. Acudió la consellera de Hacienda y Administraciones Públicas, Catalina Cladera, que llamó a trabajar desde la educación para que este tipo de hechos "no se produzcan".
Por su parte, la entonces alcaldesa de Son Servera, Natalia Troya, lamentó esta "muerte absurda" e insistió en condenar "todo acto violento, y más en estos casos, a manos de un maltratador".