Los rostros de los 160 refugiados ucranianos que han llegado a su nuevo destino en la playa de palma, a dos de los bloques que componen el Complejo Club Hotel Palma Bay, reflejaban cansancio esta mañana, pero también, cierta tranquilidad después de comprobar que su nuevo alojamiento nada tenía que ver con las imágenes del centro de acogida de Sevilla que les hicieron temer lo peor a principios de semana.
Xavier Pozo, responsable de Comunicación de la Cruz Roja en Baleares, ha reconocido que ""ayer (por el miércoles) estuvimos mucho tiempo, más de una hora en el caso de algunas familias, explicando toda la situación. Es una explicación que se merecen y que ha ayudado mucho".
"Siempre les hemos dicho que vengan a ver los espacios, que los vieran con sus propios ojos. Son espacios muy idóneos, muy dignos. Cuando los han visto lo han podido confirmar y se ha rebajado la tensión. Era necesario", ha señalado el propio Pozo.
De hecho, el alivio se confirma también a través de las palabras de Maryna Povoliaieva, una ucraniana residente en Mallorca, a quien así se lo han manifestado varios familiares acogidos desde el miércoles en el Hospital San Juan de Dios.
"Han tenido miedo porque habían visto las imágenes que les llegaban desde Sevilla, pero lo cierto es que comparando las instalaciones, las de San Juan de Dios están muy bien", ha señalado Povoliaieva, quien ha explicado que "nos han dado toda la tercera planta del hospital. En las últimas 48 horas han instalado tres lavadoras y otras tantas secadoras, un hecho que ha agradecido mucho la gente, ya que en el Hotel Bellver no tenían posibilidad de lavar su ropa".
Una labor ingente llevada a cabo a contrarreloj por el personal y los voluntarios de la Cruz Roja que estos refugiados ucranianos, pese a todo, difícilmente podrán llegar a olvidar.