La Fiscalía pide 15 años de prisión por homicidio, una indemnización de 150.000 euros para los padres de la víctima y otra de 90.000 para uno de los hijos de la pareja. Al haber acuerdo entre las acusaciones y la defensa, el caso ha quedado visto para sentencia, que previsiblemente se dictará en estos términos.
Los hechos tuvieron lugar sobre las 22.00 horas en el domicilio familiar, donde se encontraba la víctima y sus tres hijos.
La mujer ha reconocido los hechos, aunque al inicio de su declaración ha matizado que "no sucedieron tal cual" como quedaba recogido inicialmente en el escrito de la Fiscalía. Sin embargo "hay el hecho de que él está muerto, y eso es lo que cuenta", ha apostillado.
En concreto, la mujer ha explicado que en la vivienda comenzó una discusión entre ella y su pareja, y ha reconocido el crimen, pero matizando que antes de que ella le apuñalara varias veces por la espalda, él la había agredido agarrándola del pelo, la había insultado y la había amenazado con un cuchillo.
Así, según la mujer, durante la discusión su hijo mayor "cogió al bebé y se fueron a una habitación" donde el chico llamó a su abuela, la madre de la acusada.
La acusada ha sostenido que hubo un forcejeo y que después ella cogió otro cuchillo de cocina -de 13 centímetros de hoja, según consta en los informes- y se lo clavó en la espalda. Ha dicho que no recordaba si fueron cuatro puñaladas, como refleja la investigación: "Me acuerdo solamente de dos".
Tampoco recordaba haber tirado el arma al suelo después. La Policía encontró el cuchillo doblado.
El hombre salió de la casa, sangrando abundantemente, comenzó a bajar las escaleras, y finalmente en el rellano del segundo piso se desplomó al entrar en parada cardiorrespiratoria.
La mujer ha declarado que tras el apuñalamiento llamó a su madre "para avisarle de que creía que había hecho daño" a su pareja, "llorando angustiada". "Le entregué el bebé a mi vecina y le solicité que llamase a la Policía", ha continuado.
"Mi hijo y yo quedamos bloqueados, yo no llamé", ha contado. Tras esto, bajó las escaleras para ver a la víctima. "Cuando volví y subí escuché cómo llegaba la Policía, y dijo que tenía signos vitales", ha narrado. Después la mujer quedó bajo custodia de los agentes y los niños se quedaron con la vecina.
A preguntas de su abogado, la mujer ha afirmado que se lamenta de lo ocurrido. "Y lo haré toda mi vida", ha apostillado la acusada, que ha sostenido que no fue "premeditado" ni "planeado".
Ante el reconocimiento de los hechos y la conformidad de las partes, no se ha considerado necesario practicar el resto de las testificales y el juicio ha quedado visto para sentencia.