En cambio, la lesión de Mati Rosa llega en otro nivel completamente distinto. El jugador, igual que otros compañeros, se fue el viernes para realizar un viaje muy largo hasta Uzbekistán, con varias escalas y jugar dos partidos consecutivos en menos de veinticuatro horas. Y todo para jugar partidos amistosos de selecciones en un calendario comprimido por la pandemia y con las actuales condiciones para viajar que son más difíciles que nunca para enlazar vuelos dada la limitación de vuelos en gran parte del mundo. En este sentido, Vadillo reconoce que hay que tener en cuenta “así como son los viajes de los jugadores. Son partidos amistosos, en países lejanos, con vuelos con varias escalas, de 14 y 15 horas de viaje, están tres días, juegan dos partidos y vuelven otra vez con otro viaje igual. Eso es una carga acumulada muy grande para los jugadores ahora mismo” y reconoce que “soy sincero y a mí, egoístamente, tengo que decir que no me gusta, no me hace gracia. Que tengamos siete jugadores internacionales es muy bonito para el club pero yo hubiese preferido que se hubiesen estado aquí. Evidentemente cuando son competiciones oficiales está claro y contamos con ello pero fastidia y más cuando pasan estas cosas. Pierdes a un jugador para lo que resta de temporada porque se ha lesionado, que te puede pasar en cualquier momento, pero se ha dado en esta situación”.
Vadillo, que fue internacional como jugador, afirma que “entiendo a los jugadores porque tienen que defender a su país. En mi época de jugador tuve la suerte de ir con la selección y es un privilegio, pero ahora en mi situación de entrenador no me gusta que los jugadores se vayan. Si me dan a elegir prefiero que se queden” afirma.