Los responsables han denunciado que cada vez más trabajadores con un sueldo se encuentran sin hogar al ser víctimas de la crisis residencial en Mallorca, ya que más de 800 personas sin hogar fueron atendidas por diferentes entidades sociales en Mallorca durante el año de 2023. Aún así, la demanda y la lista de espera de las entidades no para de crecer y cada vez son más aquellos que tienen que optar por vivir en barracas, caravanas, asentamientos o en el peor de los casos, en la calle.
La situación de emergencia de la vivienda en la isla ha incorporado nuevos perfiles de personas “sin techo”. Trabajadores con sueldo que no tienen suficiente para pagar un alquiler o ancianos que no pueden abandonar los centros de acogida porque las residencias están saturadas.
"En los últimos años no había visto morir a tanta gente en estos centros como ahora, no porque malviven, sino porque envejecen. Habíamos llegado a un punto en el que los centros de acogida eran un puente para luego acudir a una residencia, pero ahora somos testigos de como envejecen, sufren enfermedades y fallecen en el propio centro", ha destacado Toni Moyà, director Fundació Social la Sapiència.
Desde las entidades sociales de la Iglésia han hecho un llamamiento a la acción social y a la empatía ciudadana. Las personas sin techo se han convertido en el grupo olvidado de la sociedad y tan solo en el mes de marzo el IMAS contabilizó 209 personas sin hogar en Palma. Además, cada vez son más las familias que deben convivir con desconocidos o deben ir cambiando de centro de acogida, sin tener derecho a una vivienda digna.
Tal y como ha puesto de ejemplo Jaume Alemany, responsable del proyecto Sojorn, una pareja con una niña se quedó sin hogar y ha tenido que ir cambiando de lugar de residencia varias veces e incluso la pequeña ha tenido que cambiar de escuela en reiteradas ocasiones. En este sentido, ha querido señalar que "es una situación límite, nosotros podemos atender a 10 familias, pero ¿y todas aquellas que quedan en la calle? Además de todas esas que no sabemos o sí, pero no podemos dar solución".
Actualmente en las Baleares la tasa de personas sin hogar se sitúa en 60 casos por cada 100.000 habitantes. Una cifra similar a la de 2012 que revela que en más de diez años la situación no se ha revertido. En este sentido, las entidades continúan haciendo esfuerzos, pero denuncian los graves problemas de vivienda frente a los que no pueden luchar.
"La campaña de personas sin hogar, se está convirtiendo en la campaña de vivienda. Hace 10 años cuando hablábamos de este tipo de campaña, nos dirigíamos y habábamos de un colectivo muy concreto. Hoy hablar de "sinhogarismo" es hablar de falta de vivienda", ha reiterado la técnica de servicio de personas sin hogar de Cáritas Mallorca, Teresa Riera.
El domingo 27 de octubre por el día de las personas sin hogar se leerá el manifiesto a favor de los derechos de las personas en dos misas diferentes. También se desarrollará una acción de calle en la Plaza Mayor el 30 de octubre y por último, el 9 de noviembre se celebrará una marcha de Lloseta a Binissalem. El objetivo es aumentar la visibilidad de estos ciudadanos y conseguir la sensibilización de la sociedad para que no queden personas sin hogar.