El conductor, español de 28 años y sin documentación, proporcionó a los agentes su filiación verbal. Los agentes comprobaron que el ciudadano con ese nombre era poseedor de un permiso de conducir tipo B en vigor.
Tras realizar varias gestiones telefónicas, el conductor recibió un DNI por WhatsApp. Los agentes formularon dos denuncias por las infracciones de tráfico y el conductor las firmó con el nombre facilitado en presencia de los agentes de la Policía Nacional.
Posteriormente, dado que el denunciado no había presentado un documento físico que acreditara fehacientemente su identidad, los agentes de la Policía Local realizaron las indagaciones necesarias para verificarla.
Para esclarecer los hechos, desde la Unidad de Atestados de la Policía Judicial, los agentes locales iniciaron una serie de pesquisas que incluyeron:
Una vez se tuvo la certeza absoluta de la identidad del conductor, así como de su clara intención de facilitar una identidad falsa y de firmar los boletines de denuncia con dicha identidad, se le citó en calidad de investigado no detenido, dado el gran número de pruebas que lo señalaban como autor de un delito de falsificación de documento oficial.
El conductor se acogió a su derecho a no declarar.
Se comprobó que el conductor solo era titular de una licencia de conducción de ciclomotores, careciendo del permiso de conducción para turismos.
Cabe destacar que el perjudicado por la utilización ilegítima de su DNI declinó denunciarlo.
El juicio se celebró el 28 de febrero de 2024. El acusado se conformó con la pena y fue condenado a una multa de 2.160 euros.