Todos los hechos tuvieron lugar este pasado viernes. A consecuencias de la actuación policial, se produjeron cinco detenciones. Se trata de tres españoles, un colombiano y un ecuatoriano de edades comprendidas entre los 18 y 33 años.
La primera de las tres intervenciones se produjo el viernes a las 11:45 horas, cuando una patrulla de la Policía Nacional fue comisionada a una vivienda de la barriada palmesana del Camp Redó, donde se estaba tratando de inutilizar el sistema de alarmas.
Personados en el lugar, el técnico de la compañía de seguridad explicó a los agentes que el día anterior había instalado una alarma en ese inmueble y que, unas horas más tarde, esta había dejado de funcionar.
Cuando acudió de nuevo al lugar de los hechos, descubrió que habían fracturado una ventana destrozado el sistema de protección.
Al comprobar que no había nadie en el lugar, decidió acceder y volver a instalar un nuevo dispositivo de seguridad. Y después advirtió a la policía de todo lo sucedido.
Entonces, los policías decidieron llamar a la puerta y les abrió un hombre. Al percatarse de la presencia policial, el okupa cerró la puerta con violencia y se encerró en el piso.
Cuando iba a ser detenido, numerosos familiares arremetieron contra los agentes, a los que agarraban de los brazos y les empujaban con la intención de evitar que ejercieran su cometido.
Finalmente, se procedió al arresto del individuo okupa bajo la acusación de un delito de ocupación de vivienda, daños en la misma y resistencia a la autoridad.
La segunda actuación policial tuvo lugar a las 13:30 horas de ese mismo viernes. Los agentes de la Policía Nacional acudieron a un domicilio de la barriada de Son Malferit, donde un sistema de alarma había sido violentado.
Una vez en el lugar, la patrulla tuvo conocimiento de que en el día anterior se había producido en esa misma vivienda un lanzamiento judicial, donde se había desalojado a los okupantes de la casa.
De hecho, el vigilante que trabajaba para la propiedad o pudo acceder al interior del recinto ya que se habían cambiado los bombines de la cerradura.
Informados de todos estos antecedentes, los agentes procedieron a llamar a la puerta y, entonces, les abrió un hombre que manifestó que llevaba una semana morando en el domicilio, cosa totalmente falsa ya que en el día anterior, tras el lanzamiento, se instaló un sistema de alarma y se cambió la cerradura de la puerta.
Tras presentar su documentación, los agentes pudieron comprobar que era el mismo varón que en el día anterior fue desalojado del domicilio, estando también en el interior del mismo una mujer, la cual también fue desalojada anteriormente. Es decir, los okupas, tras ser desalojados, habían regresado al mismo piso.
Los agentes procedieron entonces a la detención de ambos. Eso sí, entregaron las llaves de la nueva cerradura.
Finalmente, y también este pasado viernes, el 091 fue alertado por una llamada de que en la barriada de Pere Garau se había instalado un varón dentro de una vivienda que no era suya ni tenía alquilada y lo había hecho destrozando los sistemas de alarma existentes para, evidentemente, evitar cualquier okupación.
Una vez en el lugar los agentes, el vigilante de seguridad que estaba allí destacado por la propiedad tenía las llaves de la vivienda y se procedió a subir a la misma, encontrándose la puerta abierta al haber sido forzada, con el marco de la mencionada puerta fracturado y en el interior el sistema de alarma arrancado y dañado.
En una de las habitaciones de la vivienda se encontraba un hombre, manifestando que su intención era okupar ese piso, por lo que los agentes procedieron a la detención del varón.
