Faltaban pocos minutos para las once de la mañana cuando los sobreposats bajaban al Sant Crist de La Sang, una de las imágenes, junto a la de la Mare de Déu de Lluc, más veneradas por los fieles en toda la isla de Mallorca.
La iglesia de la Anunciació de la capital balear se quedaba pequeña para acoger a los cientos de devotos que han querido vivir en primera persona uno de los momentos más emotivos de la Semana Santa palmesana.
El emocionante silencio del Davallament, roto en ocasiones por los aplausos de los presentes, ha acompañado al Cristo durante su procesión por la nave central de la iglesia y el patio de los naranjos adyacente al Hospital General.
Una emoción palpable entre los presentes, quienes por primera vez después de cuatro años, han vuelto a poder tocar y besar la figura del Santo Cristo.
La talla de este Santo Cristo podrá ser venerada durante la jornada de este miércoles hasta las ocho de la tarde. Mañana, Jueves Santo, los fieles se podrán acercar desde las ocho de la mañana y hasta las cinco de la tarde. Ya el Viernes, el horario será también desde las ocho de la mañana hasta las siete de la tarde, poco antes del inicio del Oficio tras el cual, el Crist de la Sang, de nuevo custodiado y portado por los miembros de su Prohomonia regresará hasta su camarín a la espera de un nuevo y emocionante Davallement.