Aplicar medidas preventivas de ahorro nos permitirá, en medio del calor y de los precios de la energía desquiciados, rebajar la factura eléctrica en hasta un 20 por ciento.
El primer gesto para ello es apagar las luces.
También hay que valorar la instalación de placas solares de autoconsumo o conectadas a la red, para cobrar por la electricidad sobrante.
Recordar que, además y por ley, en los lugares públicos está prohibido que los termostatos de los aires acondicionados estén por debajo de los 26 grados.
En carretera, reducir la velocidad en autovías a 110 kilómetros por hora permite ahorrar un 15% de combustible. También ahorra compartir coche, apostar por el transporte público o la bicicleta, medidas que, asimismo, ayudarán a mejorar nuestra economía.
El frigorífico y el congelador son dos de los electrodomésticos que más energía consumen ya que están todo el día conectados. Se puede ahorrar algo de dinero aprovechando al máximo su volumen, ajustando el termostato entre 4 y 6 grados centígrados y no dejando la puerta abierta. Además, la nevera no debe estar ubicada en la cocina cerca del horno, de un radiador o de una ventana soleada.
También se puede ahorrar con el lavavajillas. Con un programa económico, hasta el 50 por ciento, y dejar solo los platos y cacharros más sucios para un lavado intenso. Al contrario de lo que mucha gente piensa, un lavado a media carga no ahorra nada.
Las claves para ahorrar con la lavadora es utilizar el agua lo más fría posible y el centrifugado más corto.
¿Y cuántas veces hemos dejado la televisión encendida sin hacerle caso? Este gesto tan cotidiano encarece la factura de la luz. Para ahorrar la solución no pasa por dejar la televisión en 'standby', sino en desconectarla. De no hacerlo, puede llegar a consumir tanto como un ordenador a pleno rendimiento.
Finalmente, y con el calor que estamos padeciendo, los aires acondicionados encarecerán las facturas que pagaremos el próximo mes. Mantenerlo encendido cuatro horas al día cuesta 36 euros al mes. La recomendación es poner el termostato a ocho grados menos que la temperatura exterior para notar una clara sensación de confort. Por cada grado de más sobre esta ecuación, se encarece la factura un 10 por ciento.
Y sí, un ventilador consume menos energía que los aires acondicionados.