La subida de los precios de los carburantes se ha convertido en una escalada sin fin aparente.
En la última semana, el litro de gasolina de 95 octanos ha subido 10 céntimos de media en Baleares, y ya marca los 2 euros y 10 céntimos en los surtidores, precios siempre sujetos a las fluctuaciones de las gasolineras low cost y de las estaciones de servicio más alejadas de Palma y de las zonas turísticas.
De hecho, y según datos del Ministerio de Industria, la misma gasolina cuesta 1’52 euros en Jaén y 2 euros con 33 céntimos en La Coruña.
Más allá de estas divergencias locales, los combustibles más utilizados son ahora -en junio- un 28 por ciento más caros que en enero. Por ello, llenar un depósito de 50 litros cuesta en estos momentos hasta 21 euros más que a principios de año.
Algo semejante pasa con el gasóleo, cuyo precio se mueve también en máximos después de haberse encarecido 8 céntimos por litro en tan solo una semana, aunque de media aún no ha llegado a los 2 euros por litro.
Tanto en un caso como en otro, la subida se ha ‘comido’ ya el descuento de 20 céntimos por litro que decretó el Gobierno de España para paliar los efectos negativos de estas subidas en las economías de las familias y los transportistas. De hecho, la subida es ya de 29 céntimos de media por litro desde el momento de la implantación de una medida que se ha mostrado limitada en sus efectos.