Tras colapsar los principales accesos a Palma provocando largas retenciones, los transportistas que han decidido secundar el paro nacional del sector se han dirigido hacia Lloseta.
Allí, haciendo sonar sus cláxones, numerosos camiones y tráileres han paralizado el tránsito, especialmente la rotonda que da entrada a la planta de hidrógeno verde, donde varios agentes de la Guardia Civil de Tráfico han tenido que intervenir para dirigir la circulación de vehículos.
Precisamente en la antigua fábrica de Cemex se encontraban la ministra de Industria, Reyes Maroto, y la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, así como también la presidenta del Govern, Francina Armengol, y el vicepresidente Juan Pedro Yllanes, para inaugurar la nueva planta de hidrógeno verde.
Sobre estas protestas, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha afirmado que "venimos observando el incremento de precios desde hace unos meses", añadiendo que "la ministra de Transportes está en contacto con ellos, confío en que el diálogo del Gobierno con el sector lleve a encontrar las mejores soluciones".
La protesta de los transportistas tiene un único objetivo: exigir un descenso en el precio de los carburantes, que en algunas estaciones de servicio el litro ya cuesta más de dos euros. De hecho, los convocantes no descartan más movilizaciones hasta alcanzar una solución al problema.
Un precio que en las últimas semanas no ha dejado de subir, especialmente tras estallar el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Asimismo, las previsiones no son muy esperanzadoras y se estima que los precios de los carburantes seguirán aumentando en los próximos días.