La puesta en marcha de un nuevo centro en la Part Forana, así como los recientes problemas de convivencia que se habían producido con algunos miembros de la comunidad gitana, han precipitado un cierre que deja tras de sí el despido de casi 20 empleados.
En los últimos meses, el nombre de Norai se había visto envuelto en la polémica y la violencia constante, convirtiéndose en una de las principales fuentes de las que se nutrían las páginas de sucesos en los periódicos. Un cierre que supone el despido de los casi 20 empleados que, después de vivir situaciones muy complicadas, se ven ahora en la calle.
Así lo ha señalado Aitor Bis, un ya antiguo educador de Norai, quien asegura que "hemos vivido situaciones muy difíciles, con insultos, agresiones y compañeros que han estado de baja". Bis ha señalado que "durante las dos últimas semanas sí que hemos contado con personal de seguridad por la noche, de 19:00 a 7:00. No ha sido más que el parche durante el proceso del cierre del centro, ya que hacía más de dos años que habíamos solicitado la presencia de este tipo de seguridad en Norai".
Esta sensación de abandono por parte de la Administración también es la que destilan las palabras de Hafid Messaoudene, ex mediador en Norai, quien apunta que "a pesar de que el nombre del centro salía muchas veces en la prensa, siempre ha faltado el apoyo de la Administración. Oye, ¿qué está pasando ahí? No ha habido ni una sola reunión con los trabajadores de Norai en ningún momento. En ningún momento".
Con el cierre de Norai, el IMAS suspende la relación con la Asociación Amés, que era quien gestionaba hasta la fecha el centro, por lo que la mayoría de los trabajadores han sido despedidos al no haber sido reubicados en ningún otro proyecto de esta entidad. Desde CCOO también lamentan que el IMAS no haya intercedido para que los empleados despedidos no hayan podido ser incorporados por la subcontrata (SAMU) del nuevo centro de la Part Forana o en algún otro espacio del Consell de Mallorca.
A pesar del oscuro futuro laboral que se les presenta ahora a estos ya ex empleados, lo que más lamentan es la situación en la que puedan quedar estos menores que han sido reubicados. "Con estos chicos, a los que les cuesta tanto abrirse para poder expresar sus problemas y sus sentimientos, es casi inhumano que de un día para otro les digan que se tienen que desprender de su educador", ha lamentado el propio Bis.
"Ahora mismo nos encontramos sin chicos, sin trabajo, sin nada... Todo por lo que llevamos luchando todos estos años se ha quedado en nada", ha señalado un emocionado Aitor Bis.