El Instituto Nacional de Estadística ha informado este martes que los precios al consumo (IPC) han escalado medio punto solo en el mes de agosto, un 3,3% más que en la misma fecha del año pasado. Con ello, llegamos a la tasa más alta desde octubre de 2012 y a punto de batir el récord de abril de 2011.
Con la relajación en las restricciones y la reactivación del turismo y del consumo en bares y restaurantes, el retorno post Covid a la vida de siempre ha causado de rebote un aumento destacado de precios. A mayor demanda, todo más caro… con lo que se cumple inexorablemente una de las principales leyes que rigen el mercado capitalista.
Además, el alza permanente de los costes energéticos (con una subida de más del 170% en los últimos meses en la factura de la electricidad) ha encarecido, también, la producción del resto de los productos de consumo masivo.
Combustibles como las gasolinas y el diésel han subido un 25% sus precios en un año, superando el récord registrado en 2014. Hoy en día, llenar un depósito de 55 litros cuesta, de media, 15 euros más que hace solo doce meses.
Por lo que se refiere a alimentos tan importantes como las frutas y las verduras, según los últimos datos del Índice de Precios al Consumo, el alza media ha sido del 7,5%. Eso sí, el aceite es ahora un 20% más caro que el año pasado. Leche, huevos, pescados y carne no le van a la zaga.