Durante su intervención ante la reunión interparlamentaria del Grupo Socialista, Sánchez ha garantizado que el Ejecutivo va a actuar con "contundencia, empatía y rigor ante la preocupante escalada del precio mayorista de la energía", desplegando nuevas medidas que se sumarán a las ya adoptadas con el objetivo de que al final de 2021 los consumidores paguen lo mismo de luz que a finales de 2018 --descontando el IPC--.
Así, ha desgranado los cuatro ejes del plan que está aplicando el Gobierno. El primero, las reformas estructurales destinadas a dar relevancia a la energía más barata a la hora de generar luz, es decir, potenciar las renovables, y eso combinado con medidas de protección a los consumidores más vulnerables.
En este punto, ha explicado que el Gobierno está ya trabajando en el "consumo mínimo vital", complementario al ingreso mínimo vital, y ha recordado que se han aprobado y el bono social y el bono social térmico, en un esfuerzo sin precedentes que ha servido para proteger a 1,1 millones de consumidores vulnerables, beneficiarios también del llamado 'escudo social'.
También ha recordado la puesta en marcha de medidas fiscales para amortiguar el impacto de la subida del precio mayorista en el recibo de la luz y la necesidad de que "parte del sobrebeneficio que están teniendo las empresas eléctricas no vaya a sus cuentas de resultados, sino que vaya, en forma de minoración, al precio de la luz de los consumidores finales".
"El Gobierno tiene un objetivo y un plan, y pronto incorporaremos en los Consejos de Ministros aprobaremos nuevas medidas que supongan nuevos amortiguadores sociales para que el coste de la energía no impacte de nuevo en la economía de los hogares y menos aún en la de los hogares más vulnerables", ha afirmado Sánchez, arrancando el aplauso de diputados, senadores y eurodiputados.