Como dice el refrán “no cabíamos en casa y parió la abuela” o, lo que es lo mismo, no tenía la pobre presidenta suficiente con los problemas que le llegan desde fuera, sino que se le ha instalado el enemigo en casa.
El tripartito se ha convertido en un coro a dos voces. Por un lado, los conselleres del PSOE que están a lo que les diga la jefa y por otro los otros dos miembros del tripartito que están a la contra de lo que diga la jefa.
Unos, los más activos, están esperando las meteduras de pata del PSOE, ya sea aquí o en Madrid, para salir exigiendo responsabilidades a la presidenta olvidando que ellos también son parte del gobierno y por lo tanto corresponsables de los errores del Govern, con el único fin de sacar redito político sin tener en cuenta que estos actos, más que críticas, son deslealtades que se les pueden volver en contra.
Y luego están los terceros en discordia, se supone que están porque no se les ve ni se les oye, y cuando lo hacen es para exigir algo al Govern siendo ellos mismos el Govern. Se puede ser desleal por activa o por pasiva, aunque siempre es preferible lo primero, al menos sabes que están ahí.
El Govern hace aguas y será difícil reconducir la situación por cuanto no les une, a ninguno de los tres, los mismos intereses -bueno si, todos quieren sacar rendimiento electoral de los errores del otro, pero nada más- ni tampoco reman en la misma dirección y así es muy difícil solucionar los verdaderos problemas que nos afectan a los ciudadanos.
A los tres se les rompió el amor por no usarlo y más que un trinomio bien avenido son un trio de polierror ciego y se les olvida que un error no soluciona otro error.
Y ahí están, manteniendo la silla a cualquier precio, incluso el de no estar de acuerdo con lo que hacen los compañeros de cama. ¿Sabrán que en política también existe el divorcio? Pienso que no, porque si así fuera, mas de uno por coherencia ya lo habría demandado.
Nos quejamos de la desafección de la ciudadanía respecto de los políticos, y es normal, cada día nos dan motivos para ello. No se puede entender como es posible seguir unido al que no te une nada, a menos que por el interés te quiero Armengol.
No soy un fan de la presidenta, pero en estos momentos siento una gran simpatía -en lo personal- hacia su farmacológica persona, tiene que ser muy desagradable sentarse a la mesa con aquellos que sabes te van a poner de vuelta y media.
Es muy posible que el PSOE no gane las elecciones en 2023 pero es muy probable que muchos se acuerden de los auténticos motivos que une a los partidos que forman esté Govern y nos entren las ganas de quitarles la silla, esa silla que tanto aman y por la que son capaces, incluso, de ser desleales.
Y es que como dice la copla: “ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedio, contigo porque odias, sin ti porque no gobierno” o algo así.
