En una entrevista para CANAL4 Diario, Joan Huguet ha dibujado con precisión los próximos meses del 2021 gracias a su lente política y a la amplia experiencia que le han otorgado cargos como la presidencia del Consell Insular de Menorca o del Parlament de les Illes Balears, entre otros.
Sr. Huguet, pasadas las fiestas navideñas y fin de año, ¿Cómo ve la llegada del 2021?
J.H.: Con mucho frío, con mucha nieve, pero con un renovado optimismo, eso sí, siempre con los pies en el suelo para no despegarnos de la realidad política, social y económica que nos envuelve, tanto en España como a nivel internacional.
A nadie se le escapa que vivimos en un mundo de turbulencia política y de cambios geoestratégicos que modifican, a pasos agigantados, lo que hasta ayer era normal en el mundo. Basta observar que el primer gran acontecimiento político de este año ha sido el asalto al Capitolio de los EE. UU por parte de las turbas afines a Trump.
¿Y cómo ha visto usted este asalto?
J.H.: Con profunda preocupación y alarma por lo que significa el símbolo de la primera democracia del mundo que es el Capitolio de los Estados Unidos. A la vez me ha hecho recordar los discursos incendiarios que se proferían desde PODEMOS y los radicales independentistas, cuando rodearon el Congreso de los Diputados al tiempo que se perpetraba el Golpe de Estado, desde la misma sede del Parlamento Catalán.
¿Pero son cosas distintas, no?
J.H.: En absoluto. Son hechos totalmente equiparables. Los de Trump reivindicaban la defensa de la dignidad democrática del pueblo americano, por entender que le habían robado las elecciones. Los de PODEMOS y sus acólitos independentistas reivindicaban la democracia del pueblo (democracia popular), al entender que el Estado estaba secuestrado por la casta política, representada en el Congreso de los Diputados; mientras que los independentistas reivindicaban la liberación democrática de Cataluña, por entender que España había secuestrado su voluntad y les impedía “su derecho a decidir”.
¿Pero los de PODEMOS no lo ven así?
J.H.: Es lógico, que no lo vean así. No debe olvidar que PODEMOS se institucionalizó a partir de falsear sus planteamientos al que le añadieron una práctica y acción basada en la hipocresía. El ejemplo más reciente lo tenemos en el silencio que guardan ante la mayor subida del recibo eléctrico que ha tenido lugar en España.
En relación a su argumento justificativo de rodear el Congreso de los Diputados y dar un Golpe de Estado en Cataluña, ellos los justifican diciendo que se hizo en defensa de la democracia y que por tanto su acción era aplaudible mientras que lo realizado por los partidarios de Trump, es decir, de derechas son unos fascistas y terroristas, por tanto del todo condenable, por intentar cargarse la democracia. Mayor hipocresía imposible. Blanco y en botella, leche.
Con esta respuesta, usted equipara que tanto unos como otros, desprecian la democracia.
J.H.: Por supuesto. Esto es así. Y es que el populismo hunde sus raíces en el desprecio a la democracia, como base de justificación de no aceptar el orden constitucional establecido en las sociedades occidentales. No aceptan la democracia liberal. Por ello violan las leyes, alegando que el poder del pueblo está por encima de estas.
Unos lo hacen apelando a la protección de valores tradicionales, es el caso de Trump. Otros, como los de PODEMOS, independentistas y los herederos de ETA, lo hacen en nombre del pueblo, otorgándose a ellos mismos lo que piensa y la voluntad del pueblo que dicen defender.
¿Y cuál es el resultado?
J.H.: Ya lo hemos dicho. En el caso de España es el intento de secuestrar la democracia para imponer un nuevo orden institucional. De ahí el ataque permanente, a Instituciones básicas y fundamentales como la Jefatura del Estado, el Poder Judicial, a las Fuerzas Armadas, y a derechos fundamentales tales como la libertad de opinión, la libertad de cátedra, la libertad investigación histórica, y un largo etc. En el caso de los seguidores de Trump, es la deslegitimación del sistema electoral americano y por añadidura del Poder Judicial, con independencia de la opinión que nos merezcan las últimas elecciones llevadas a cabo en Estados Unidos, y sobre las cuales aun no está todo dicho.
Precisamente el diputado Sr. Mayoral afirma que no se puede comparar a las “turbas antidemocráticas que asaltaron el Capitolio” con las turbas a favor de la Democracia que rodearon el Congreso o el Parlamento Catalán.
J.H.: Como ve ellos mismos confirman su hipocresía. No olvide que en el 2012 el lema inicial de PODEMOS era “ocupa el Congreso” al que añadieron “no nos representa”. La turba “a favor de la democracia”, representada por de Mayoral, Pablo Iglesias e Irene Montero entre otros, criticaron muy duramente que el Congreso fuera protegido por vallas y por un notable dispositivo policial. Dispositivo policial que fue atacado y puesto a prueba, con infinidad de imágenes que asi lo atestiguan, por una masa enloquecida y alentada por los que hoy rigen los destinos de España desde sus cómodos “despachos” y tan “calentitos”, como decían ellos al referirse a los políticos de antaño a los que llamaban “casta”. Lo de Podemos es el mayor monumento a la demagogia y el encaño colectivo sufrido por la sociedad Española.
Le noto algo indignado.
J.H.: No, indignado no. Contrariado, Sí. Para mí los de Podemos no tienen legitimidad moral, si legal, para ser los dispensadores de carnets de demócratas y antidemócratas.
Para que no quede duda, condeno por igual y rechazo de forma frontal y contundente, lo ocurrido en EEUU, provocado por los seguidores de Trump en la toma del Capitolio; y también lo ocurrido en España, rodeando el Congreso de los Diputados, con amenazas a sus legítimos representantes junto con lo que sucedió en el Parlamento Catalán subvirtiendo totalmente el orden constitucional, al dar un Golpe de Estado contra la Nación Española. Aquí no valen medias tintas ni la equidistancia.
No se puede justificar ningún episodio vivido en Estados Unidos en la toma del Capitolio y en España contra sus respetivas democracias y sus respectivos órdenes constitucionales.
¿No le preocupa que sus respuestas sean motivo de crítica?
J.H.: Si la critica implica contraposición argumental y desacuerdo, no solo no me preocupa si no que lo agradezco, porque el “AMÉN” se da en los actos religiosos, mientras que en la vida social y política es el contraste de ideas y pareceres lo que enriquece la vitalidad de un pueblo. Si la crítica es la descalificación y el insulto personal, el problema lo tiene el que descalifica e insulta, no el receptor.
Sr. Huguet, veo que nos estamos extendiendo y no nos queda espacio para hablar de la gestión del coronavirus y tampoco sobre los últimos debates políticos, habidos en España, en relación a Monarquía/ República, indultos, Pactos entre el PSOE y BILDU…. Como suele decir usted, tiempo habrá para ello.
J.H.: No le quepa ninguna duda. Si me permite, solo dos apuntes. Primero, en relación al Coronavirus quiero apelar a la responsabilidad individual de cada uno de nosotros, con independencia de la gestión llevada a cabo por el Gobierno Central y el Gobierno Autonómico. Yo sé, que en este caso criticar es fácil y hacer demagogia sobre la gestión también. Pero la responsabilidad individual es personal e intransferible, y lo que no se puede permitir es que por culpa de unos pocos se ponga en riesgo a la gran mayoría, que sí cumple con las prescripciones dictadas por los distintos ejecutivos, y en especial con las recomendaciones lanzadas por el personal sanitario. A ellos mi total reconocimiento y solidaridad.
Segundo, sobre los debates políticos, decirle que he intentado encontrar un solo ejemplo, en los países democráticos, en donde se ataque a las instituciones desde el mismo Gobierno. Por desgracia nuestra, es lo que está sucediendo en España en el momento más crítico de su reciente historia, al confluir a la vez una durísima crisis social y económica, provocada por la pandemia del COVID-19. Y es que esta crisis es aprovechada por los enemigos de España y los neocomunistas para debilitarnos como Nación, tanto desde el punto de vista interno como externo. Ya hablaremos de ello.
