El hombre ha reconocido que agredió a la mujer y que el cuchillo lo había traído él, pero ha mantenido que lo llevaba para suicidarse. La Fiscalía pide para él 16 años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa. El caso se enjuicia este lunes en la Audiencia Provincial, en Palma.
Los hechos tuvieron lugar en enero de 2019. Víctima y acusado habían estado casados durante más de 20 años y se habían separado, pero según el hombre habían seguido manteniendo una relación sentimental durante unos seis meses hasta que un día ella le dijo que tenía otra pareja. El acusado ha admitido que no aceptó esto y que le afectó mucho. "Me has tratado como un payaso", le dijo a su expareja.
El hombre ha reconocido que, saltándose una orden de alejamiento que le había impuesto el Juzgado, esperó a la víctima a la salida de su trabajo con un pasamontañas -aunque él asegura que no le cubría la cara- y un cuchillo, y que le bloqueó el camino con su coche. El hombre ha indicado que sabía que era un lugar "poco concurrido" en el que podría abordar a su expareja.
Así, ha admitido que interceptó a la víctima y que le desabrochó el cinturón de seguridad para hacerla salir. En este sentido, el hombre ha mantenido que sólo la invitó a bajarse del coche "para hablar" y ha negado que la obligase poniéndole el cuchillo en el cuello.
El acusado ha admitido que una vez fuera agredió a la mujer, aunque no como lo recoge la Fiscalía en su relato de los hechos. El hombre admite que la zarandeó y golpeó en la cabeza con las manos -fruto de una "rabieta", ha declarado- pero niega que le golpease la cabeza contra un muro o que la apuñalase en una pierna.
De hecho, el hombre sostiene que ambos cayeron, que la mujer le quitó el cuchillo y que se autoinfligió las heridas en la pierna, supuestamente para denunciarle, según él. El acusado ha añadido que él interpuso un brazo para evitar que la mujer se autolesionara, y ha negado, como mantiene la Fiscalía, que fuera un tercero quien le desarmó a él.
También ha negado que después de esto amenazase a su expareja diciendo: "Como me denuncies ahora me van a encerrar, pero cuando salga cojo una escopeta y te mato seguro". Según su versión, él ayudó a la mujer a incorporarse y le dijo: "ahora vas y me denuncias"; después de esto se fue a su coche, lo puso en marcha y estuvo mirando por el retrovisor hasta que su expareja se marchó.
El hombre ha defendido que cuando abordó así a su expareja no lo hizo con intención de acabar con su vida. "Mi plan era reñirla, marcharme y quitarme la vida", ha dicho el acusado, que sostiene que el cuchillo lo llevaba era para suicidarse.
"El cuchillo era para mí. Iba a rajarme delante de ella y le iba a decir: 'mira lo que has conseguido'", ha contado. Era un cuchillo de buceo que tenía en el coche, ha dicho, negando que lo comprara expresamente para utilizarlo ese día.
El acusado llevaba en el coche también una bombona de butano, que según ha manifestado, pretendía "encender" para suicidarse. "Yo quería hablar con ella, yo lo necesitaba, yo después de esto me corté las venas; quería encender el gas, yo quería quitarme la vida, porque yo la amo, yo la amo", ha declarado entre fuertes sollozos.
El hombre ya había sido condenado anteriormente por amenazas de muerte hacia la víctima. Además de los 16 años de cárcel por el delito de asesinato intentado, el fiscal pide de indemnización 20.000 euros por el perjuicio causado y ocho meses más por el quebrantamiento de condena.
En todo caso, la Fiscalía solicita la prohibición de aproximarse a la víctima a menos de un kilómetro y de residir en Ciutadella durante 20 años.