Así, El Pi, había presentado una enmienda que proponía una bajada salarial a los miembros del Govern, altos cargos de la Comunidad y diputados del Parlament de, escuchen bien, del 5%. La suma total de esta rebaja justo llegaba a los 500.000 euros anuales. Insuficientes para solucionar la triste realidad pandémica, sí, pero más necesarios que nunca para reconciliar, de alguna vez, la ruptura cada vez más evidente entre la ciudadanía y la clase política. Solo el Partido Popular ha votado a favor de esta propuesta.
La portavoz de El Pi en el Parlament, Lina Pons, ha explicado que "habíamos pensado entre un 5 y un 10%, queríamos que fuera un descenso del 10% pero pensamos que no nos lo aprobarían, así que apostamos a por el 5%" y ha añadido que "fuimos a jugar sobre seguro con este 5%, pero no nos lo han comprado".
"La política no se dignifica cobrando lo mismo durante todo el año y más cuando hay gente que lo está pasando mal y se muere de hambre y la situación es dramática, la política se dignifica pensando en los otros", ha advertido Pons.
Por su parte, el líder de los 'populares', Biel Company, ha destacado que "nos hubiera gustado que se hubiera apoyado nuestra enmienda de reducir en un 30% toda la estructura del Gobierno pero también apoyaremos esta reducción del 5% debido a la coyuntura que tenemos y que se pueda destinar a cosas con una finalidad concreta".
Todos los partidos de izquierda que conforman el Govern, acostumbrados demasiado pronto al calor de la poltrona y la seguridad que ofrecen la cuatro paredes del Consolat de Mar, han rechazado una medida mucho más cercana a su ideología, o esto nos habían querido hacer creer, que a la de los partidos que la han secundado.
PSIB y Més pe Mallorca han tratado de justificar su voto, mientras que Més per Menorca y Podem han rechazado el ofrecimiento de CANAL4 Televisió para explicar a los ciudadanos su decisión.
La portavoz socialista, Sílvia Cano, ha afirmado que "no apoyamos la enmienda porque entendemos que es populista, demagógica y que no aporta nada positivo en estos momentos por su impacto económico" y ha añadido que "durante la pandemia dimos un 20% de nuestro sueldo además de parte de la asignaciones para proyectos para hacer frente a la COVID-19".
Mientras que el portavoz de Més per Mallorca, Josep Ferrà, ha señalado que "nos sorprende que esta propuesta llegue a final de año cuando propusimos reducir todos los sueldos de los diputados en el momento que tocaba, en abril y mayo" y ha recalcado que "los miembros del Govern están haciendo más trabajo que nunca"-
En una situación quedan tanto Ciudadanos como VOX Baleares. Sin llegar a votar en contra, su abstención es una muestra de que el juego político está por encima de la defensa de los intereses de una ciudadanía que exige medidas inmediatas.
Las grandes reformas, normalmente acompañadas de grandes palabras, también son necesarias. Pero en esta ocasión se trataba de demostrar apoyo a una iniciativa muy concreta, sencilla, cercana. Tal vez demasiado complicado para nuestra clase política.
En este sentido, el portavoz de VOX Baleares en el Parlament, Jorge Campos, ha explicado que "la enmienda de El Pi lo que busca es un titular fácil" y ha recalcado que "nosotros hemos propuesto la eliminación de la inmensa mayoría de empresas públicas, consellerias y todo el aparato que no sirve de nada valorada en millones de euros".
Por su parte, Patricia Guasp, portavoz de Cs Baleares, ha indicado que "venimos demandando la reducción en un 30% de asesores y altos cargos, consideramos que la enmienda de El Pi es populista".
Los políticos han dejado escapar una oportunidad única. 500.000 euros han sido el precio que han preferido embolsarse antes que tratar de invertir en una redención pública que parece cada vez más utópica.
