A ello hay que sumar 21.177 hectáreas en Menorca, donde ya estaba prohibido edificar según el plan de 2003, según ha explicado el conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir. El decreto ya se ha publicado en el Boletín Oficial de Baleares (BOIB), lo que le otorga vigencia.
El decreto prohíbe la construcción, en la isla de Mallorca, de nuevas viviendas familiares en terrenos incluidos en áreas de riesgo de inundación, incendio, erosión o desprendimiento; establece una moratoria sobre los 'falsos urbanos'; y reclasifica como rústico una serie de terrenos.
El texto modifica un apartado de otro decreto aprobado hace apenas una semana por el Govern, y elimina la posibilidad de que las marinas secas puedan ubicarse en suelo rústico.
El conseller ha defendido que el decreto supone un "viraje hacia un nuevo modelo territorial para las Islas", "menos expansivo", y con la "voluntad firme de preservar el suelo rústico" para "recuperar su finalidad agropecuaria y protegerlo de usos impropios como el residencial o turístico".