Varios estudios científicos previos habían sugerido que el ejercicio podía ser eficaz para mejorar la intensidad del dolor y el grado de discapacidad que genera esta dolencia. Sin embargo, las características propias de esos estudios, tales como el tipo y número de pacientes que participaron en ellos, el tipo de ejercicio que se aplicó, la duración de su seguimiento y los demás tratamientos que los pacientes recibieron a la vez, dificultaban confirmar el efecto intrínseco del ejercicio y determinar los factores que influyen en su efecto (es decir, el tipo concreto de pacientes a los que les resulta más beneficioso).
Por ello, un equipo multidisciplinario compuesto por 35 investigadores pertenecientes a 31 prestigiosas entidades científicas y clínicas internacionales, ha realizado un "meta-análisis de datos individuales". El equipo identificó los 27 ensayos clínicos más rigurosos realizados en todo el mundo para evaluar el efecto del ejercicio y, aplicando unos métodos científicos especialmente sofisticados y rigurosos, analizó conjuntamente los datos de los 3.514 pacientes que habían participado en ellos.
Su resultado ha sido refrendado por la revista científica más importante en el ámbito de la Medicina deportiva, British Journal of Sports Medicine.
Al compendiar una muestra amplísima y analizarla globalmente con métodos científicos especialmente sofisticados, el grupo ha alcanzado conclusiones fiables sobre la efectividad del ejercicio en sí mismo, ajustando los resultados por cualquier otro factor que en algún estudio hubiera podido confundir su efecto. Y, además, ha permitido cuantificar el efecto del ejercicio e identificar las características que lo incrementan (es decir, identificar a los pacientes en los que el ejercicio tiene más probabilidades de ser más eficaz).
Los resultados demuestran que, en los pacientes con dolor lumbar, hacer ejercicio conlleva por sí mismo (con independencia del eventual efecto de otras medidas y tratamientos) una reducción de más del 20% de la intensidad del dolor, una mejoría del 23% del grado de discapacidad y un 380% más de posibilidades de sentirse globalmente recuperado. Además, estos resultados han permitido identificar que el efecto del ejercicio es mayor entre los pacientes que tienen un índice de masa corporal bajo (es decir, no son obesos), y aquellos cuyo trabajo no exige grandes esfuerzos físicos. Entre los pacientes que toman fármacos para controlar su dolor, el efecto del ejercicio también es mayor.
Para el Dr. Francisco Kovacs, médico mallorquín y único coautor español del estudio, que actualmente está en la Unidad de Espalda Kovacs del Hospital Universitario HLA-Moncloa y dirige la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE), "este estudio aporta la confirmación definitiva sobre la efectividad del ejercicio como tratamiento del dolor lumbar. Y, además, al detectar los factores que permiten identificar a los pacientes en los que tiene más efecto, sienta las bases para investigar qué ejercicio específico es más adecuado para cada paciente concreto en función de sus características".