El autor de esta situación es José Manuel Ruiz. El ex senador y también ex director general de IB3 ha provocado la caída más fuerte registrada nunca por una junta local del PP Balear.
Ruiz -siempre bajo el paraguas de José Ramón Bauzá primero, y ahora, de Biel Company- ha convertido el Partido Popular de Calvià en una agrupación ingobernable, con luchas fraticidas y en estos momentos, en pleno proceso de descomposición interna.
Lejos quedan los tiempos de mayorías absolutas consecutivas de Carlos Delgado, ahora afiliado en el emergente partido de VOX.
El último fracaso electoral de los populares calvianers que ha convertido su grupo municipal en una oscura sombra de lo que era en el pasado, forzó la dimisión de Ruiz de la presidencia de la junta local y de su escaño de regidor, pese a que en un primer momento se aferró a las dos sillas y fueron sus propios compañeros los que le echaron de los cargos.
Así, su sucesión también ha sufrido, una vez más, la mano negra de Ruiz. Y es que después de mover sillas y de múltiples llamadas, Ruiz ha colocado al frente del partido, con el visto bueno de la dirección popular regional desde Palma, a José Miguel Fabregat, precisamente "hombre para todo" del propio Ruiz y ex gerente suyo en la etapa de IB3.
José Miguel Fabregat presidirá la junta gestora del PP de Calvià hasta que, un congreso local aún sin fecha, se elija al que deba recuperar los votos perdidos por Ruiz.
Con el visto bueno de Company, Ruiz ha colocado en su lugar a Fabregat. Dos caras de la misma moneda. La moneda que no han querido ver ni votar miles de ciudadanos y centenares de afiliados del PP de Calvià.