Los funcionarios de la ventanilla única recogen toda la información necesaria para tramitar las ayudas. Mateu Puigròs, alcalde de la localidad, ha pedido paciencia a los vecinos ya que "se podrán tramitar todas las ayudas", si bien requieren un poco de espera porque el personal del consistorio no da abasto.
Poco a poco, el pueblo va volviendo a la normalidad. Las calles ya están limpias y ahora el trabajo se centra más en las casas y los espacios públicos, asuntos que no son tan prioritarios.
Las acciones solidarias siguen llegando a la localidad más afectada por la riada. Esta misma mañana se ha recibido un camión de muebles fruto de la beneficencia. Una de las actividades que se hacen estos días son las visitas a las viviendas. Arquitectos y aparejadores voluntarios los van inspeccionando y, una vez examinados, se diagnostica su estado, para saber si se tienen que derribar. En principio, estos derribos empezarán el jueves.
Puigròs ha señalado que todavía no se ha recuperado la normalidad y que para eso falta bastante tiempo, ya que muchos de los habitantes del pueblo no pueden regresar a sus viviendas.