La primera de estas huelgas será la del personal de limpieza. La ruptura sin acuerdo de las negociaciones del convenio colectivo del sector ha impulsado a los sindicatos para anunciar la convocatoria de paros indefinidos a partir del 1 de agosto.
Se verán especialmente afectados por esta huelga los aeropuertos y los centros hospitalarios, que tienen delegada la higiene y salubridad de las instalaciones a empresas subcontratadas que, en estos momentos y a la espera de los últimos intentos, ven su funcionamiento en agosto en entredicho, con la repercusión que estos paros tendrán en las instalaciones. Las imágenes, ya vistas en otras ocasiones, de montones de basuras acumuladas en los aeropuertos están a punto de repetirse.
El segundo conflicto que afectará el funcionamiento de los aeropuertos de las Illes Balears y del resto de España es el del personal de tierra subcontratado por la empresa pública Aena, gestora de las terminales.
60.000 trabajadores de todo el estado del servicio de carga y descarga de maletas están a punto de parar por el bloqueo de las negociaciones de su convenio colectivo. En estos momentos se baraja que el primer día de paro, que aún no ha sido convocado formalmente, será el ya inminente 29 de julio, para después prolongarse la situación durante el mes de agosto.
Y no hay dos sin tres. Los trabajadores de la compañía aérea Iberia del aeropuerto de Barcelona pararán los próximos días 27 y 28 de julio y 3 y 4 de agosto para denunciar la, según la convocatoria de la huelga, sobrecarga de trabajo que padecen.
Los conflictos laborales en Barcelona siempre acaban afectando negativamente a Palma, Maó y Eivissa, y más si los protagonistas son los trabajadores de Iberia, que también afectan a su empresa hermana Vueling.
Otra huelga que forzará a modificaciones en la programación de las rutas y que, de rebote, afectará a todos los aeropuertos europeos –y, con ello, los de Baleares– es la del personal de cabina de la compañía aérea irlandesa Ryanair. Destacar que Ryanair es la aerolínea líder en volumen de pasajeros de España y que conecta Palma y Eivissa con decenas de destinos en todo el continente.
Finalmente, otra huelga, en este caso de los pilotos con base en Irlanda también de Ryanair se teme que acabe perjudicando a todas las rutas europeas de la compañía y, de rebote, a España en general y Baleares en particular.
Huelga de los trabajadores baleares del servicio de limpieza, del personal en toda España del ‘handling’, de azafatas y azafatos de Ryanair, de pilotos también de Ryanair y de trabajadores de Iberia y Vueling en Barcelona. Un rosario de conflictos que, seguro, van a convertir la última semana de julio y el mes de agosto en una concatenación de problemas en los aeropuertos de Baleares.
