La conductora de origen polaco ha confesado que había bebido mucho vino. De hecho, cuadriplicó la tasa de alcohol permitida. Tras el atropello mortal, la mujer de 44 años intentó despistar a los agentes de la Policía de Campos asegurando que iba con su hija en el vehículo pero que no sabía donde se encontraba y posteriormente afirmó que ella no era la que conducía.
Recordando los hechos, la conductora explicó que tras el accidente estaba sola y que había llamado a su hija para decirle que había sufrido un accidente y que probablemente ella había sido la culpable.
Con todo, la versión de la mujer se contradice con la de algunos testigos, quienes han señalado que en el interior del vehículo solo estaba la conductora y que circulaba a gran velocidad cuando de repente invadió el carril bici, embistiendo a la adolescente y dándose a la fuga.
Por otro lado, dos jóvenes que iban en otro vehículo se cruzaron con el Skoda de la conductora polaca y vieron que tenía la parte delantera destrozada, por lo que decidieron dar media vuelta y seguir el coche de la culpable.
