El desentendimiento de Cort de aprobar una ordenanza cívica provoca cada vez más una situación de descontrol absoluto en la zona, en la que escampan a sus anchas prostitutas, ladrones, trileros y vendedores ilegales. Una ciudad sin ley que el equipo de Gobierno que forman Antoni Noguera, José Hila, Aurora Jhardi y Neus Truyols decide no mirar a los ojos.
"Queremos medidas drásticas", asegura José Antonio Fernández, vicepresidente de la Asociación de Hoteleros de la Platja de Palma. Recalca la importancia de demostrar "decencia" ante aquellos que nos visitan para que entiendan que "aquí esto no se hace". La necesidad de control es, por tanto, imprescindible para garantizar la convivencia en la zona costera. Algo que es, de momento, inviable por la falta de legislación local.
Lo que se reclama desde la plataforma es el endurecimiento de sanciones a turistas y delincuentes que se encuentren en la Platja de Palma. "Si tienen que detenerles, que les detengan", declaró Fernández.
La falta de soluciones ofrecida por Cort ha llevado a la plataforma a pedir que parte de la dotación económica del Ajuntament para poder enfrentar el problemas de forma más autónoma.
Una realidad que se extiende por los casi cuatro kilómetros que abarca la Platja de Palma. Cuatro kilómetros liderados por el incivismo y la falta de respeto a los vecinos y comerciantes de la zona.
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