Mallorquins, menorquins, eivissencs y formenterencs han pagado su parte alícuota en la extensión de la red de ferrocarriles españoles de alta velocidad. Red que, evidentemente, llega hasta la costa andaluza, murciana, valenciana y catalana, pero que no conecta con ninguna de las Illes Balears.
El Pla de Mobilitat presentado por el Govern balear incluye numerosas iniciativas destinadas a frenar la utilización de los coches particulares que llenan las carreteras de las islas y más en temporada turística.
Sin embargo algunas de las propuestas del Pla de Mobilitat requieren la participación activa del Gobierno y de financiación del Estado para poderlas implantar.
Hablamos de la extensión del tren desde sa Pobla a Alcúdia, desde Manacor a Artà, Cala Millor y Capdepera ydesde Palma hasta Llucmajor. Así como también del nuevo tranvía que conectará el aeropuerto de Son Sant Joan y el centro de Ciutat y posteriormente se alargará hasta la zona de Santa Ponça.
Asimismo, serán importantísimos los fondos públicos para dejar lista la llegada del metro hasta el Parc Bit de Palma y el Hospital de Son Espases.
Todas estas iniciativas, todos estos trenes, tranvías y metros serán nuestros AVEs, los AVEs, que el Gobierno debería de financiar en Balears.