Llega a su nueva responsabilidad en circunstancias no previstas. Una concatenación de hechos ajenos completamente a usted –y, además, plagados de intereses radicalmente alejados de la estricta verdad–, la han elevado a la segunda máxima responsabilidad del equipo que dirige y organiza la vida institucional y administrativa de los habitantes de las Illes Balears.
Debe encarar personalmente y desde ahora mismo la ardua labor de adecuar al siglo XXI la compleja actividad económica más potente e importante de nuestra comunidad: el turismo. Además de coordinar su desarrollo complementándolo con las áreas de la innovación y la investigación.
Los estudios universitarios cursados y su profesión en las fechas anteriores a su entrada en el mundo de la política (respectivamente, Filología Catalana y docente en el colegio Mata de Jonc de Palma) han planteado entre los que personalmente no la conocen algunos resquicios de duda sobre su capacidad para ejercer las responsabilidades que ahora debe asumir. Igualmente se podría dudar de la presidenta Francina Armengol para ser presidenta del Govern viniendo del mundo de la farmacia o del presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, por ser registrador de la propiedad inmobiliaria con plaza en propiedad en el municipio alicantino de Santa Pola.
Su gestión, señora vicepresidenta, no será evaluada por si ha estudiado una u otra carrera universitaria. Ni tampoco por si sus antiguos alumnos han asumido altas cotas de éxito en la vida gracias a sus enseñanzas o han malgastado el tiempo en la escuela. No. Su gestión será juzgada si el turismo, la investigación y la innovación aportan más bienestar, éxito, tranquilidad, salud, riqueza y desarrollo social positivo a los habitantes de las Illes Balears. Eso es lo verdaderamente importante.
Por ello deberá usted escuchar con atención y disciplina a los expertos; analizar los pros y los contras de sus decisiones; también evaluar las sinergias positivas y, claro que sí, las negativas de los efectos que producirán los documentos que al pie de cada folio llevarán su firma.
Señora vicepresidenta Bel Busquets:
Deseamos que triunfe, y lo deseamos de forma egoista. Más allá de las ideologías, eso significará que absolutamente todos nos beneficiaremos de su travesía política. Escuche y decida con rectitud, mesura y equilibrio. Apóyese en los que saben más que usted. No se avergüence de ello, sino todo lo contrario. Y, además, cuente con nosotros, con todos. Su éxito también será el nuestro. Bienvenida y adelante.