En concreto, los representantes de Alemania, Croacia, Chipre, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Italia, Malta y Portugal han coincidido en la necesidad de avanzar en el conocimiento científico de la enfermedad y, por consiguiente, de los sistemas de prevención y lucha. Para ello, la Comisión reforzará los fondos con 10 millones de euros.
En este sentido, también se procederá a revisar los conocimientos que se disponen sobre la xylella fastidiosa, después de su detección en 2013, para lo que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) revisará el análisis de riesgos realizado en 2015.
Al mismo tiempo, está previsto la creación de un grupo de trabajo específico que establezca un código compartido de buenas prácticas, ofrezca apoyo técnico a la Comisión y los Estados miembros y estudie las futuras modificaciones legislativas.
Por otro lado, se ha señalado la importancia de reforzar la vigilancia, como herramienta básica de prevención y detección rápida. Para ello, se estudiarán sistemas armonizados y la posibilidad de utilizar nuevas técnicas.
También se ha apuntado la necesidad de estrechar el control de movimientos de material de riesgo, sobre todo en las importaciones. En este sentido, la Comisión mantendrá actualizada la lista de países terceros donde la enfermedad está presente.
En la lucha contra esta bacteria, la comunicación y la divulgación a los sectores implicados son clave para su prevención y detección precoz, así como la necesidad de informar correctamente a los terceros países de la situación de la Unión Europea, y así evitar interrupciones innecesarias del comercio.
En este contexto, los Estados miembros no descartan utilizar estrategias como la contención donde la erradicación no sea posible, por la amplia distribución de la bacteria, lo que no supone un riesgo para el resto del territorio.