Ese día, tras tener conocimiento del hallazgo, se trasladaron al lugar guardias civiles del Servicio de Protección a la Naturaleza (SEPRONA), los que tras inspeccionar la saca comprobaron que se trataba de dos hembras adultas, que no presentaban marcas identificativas para la localización del propietario de los animales.
Tras la investigación, los agentes localizaron en el término municipal de Llubí una finca rústica, donde un vecino de la localidad poseía una serie de animales de la misma especie, de los que se deshizo al no poder mantenerlos. Estos animales, fueron trasladados por su propietario de forma no adecuada hasta otra finca rústica del término municipal de Binissalem, donde se hizo cargo de los mismos un vecino de esta localidad.
Días después, al parecer debido al transporte y la manipulación no adecuado para esta especie y al stress causado, se produjo la muerte de los gamos, que fueron depositados en el lugar del hallazgo de los cadáveres.
Como resultado de la investigación, se ha investigado al primer propietario como presunto autor de un delito de maltrato animal y al segundo se le ha incoado un expediente por una infracción administrativa.