Iniciar una lucha pública de avales contra mi candidatura no es el camino ni más digno ni el más profesional a la hora de atender el derecho de nuestros afiliados. Me veo obligado a salir en defensa de los derechos y el honor de estos varios centenares de afiliados a quienes se ha tildado injustamente de morosos, cuando no lo son, y a causa de ello se les ha privado de su derecho a firmar un aval en favor del candidato que a su entender es el mas idóneo para dirigir nuestro partido en Baleares.
Este modelo de partido no es el del PP. Frente al miedo nosotros exigimos democracia y la neutralidad que no practican los actuales responsables del partido.
No es cierto en absoluto que dichos afiliados no estén al corriente de pago, sino todo lo contrario. Tienen el pago de las cuotas domiciliado, en el momento de afiliarse comunicaron un número de cuenta a fin de que el partido les girase los recibos oportunos. Y no han dejado de atender ninguno de esos recibos.
Legalmente, en el caso de que los recibos no hayan sido girados a un afiliado, este no incurre en incumplimiento alguno, ya que el defecto no está en el incumplimiento del pago, sino en la no emisión del recibo. No estaríamos por tanto ante una deuda líquida, vencida y exigible, por lo que el afiliado no habría adquirido la condición de deudor.
Así pues, la inadmisión de dichos avales es cuando menos arbitraria, interesada e injusta para con los avalistas.
Pero también quiero salir en defensa de mi partido, el Partido Popular de las Islas Baleares. Un partido con 22.000 afiliados, que ha gobernado nuestras Comunidad y que aspira a seguir haciéndolo en el futuro. La imagen que ayer se dio del mismo, de que es un partido cuyas bases son eminentemente morosas, no se ajusta en absoluto a la realidad y es profundamente injusta por los motivos legales anteriormente expuestos.
Creo sinceramente que un congreso con dos candidatos puede ser ciertamente enriquecedor si se gestiona como es debido. Carlos Delgado y yo nos enfrentamos en el XIII congreso, año 2010. Y sí, cada uno pusimos sobre la mesa nuestro programa, fue una disputa noble y limpia. Las bases me dieron su apoyo y yo integré a Carlos Delgado desde el primer momento. Hoy seguimos siendo grandes amigos.
Pero desgraciadamente, en esta ocasión parece que hay personas que piensan que en política todo vale. Que con el fin de ganar el congreso que actualmente nos ocupa, se puede dañar la imagen del partido, ofender y conculcar los derechos de los afiliados y linchar mediáticamente al adversario.
Ayer, obviando una vez más de manera evidente la Ley de Protección de Datos, se filtró a los medios de comunicación que Carlos Delgado era uno de los muchos cientos de afiliados moroso. Quiero aclarar que esto no es cierto en absoluto, que Carlos al igual que prácticamente todos los afiliados del Partido Popular sí han cumplido con sus compromisos con el partido, e insistir que en política no vale todo, y que las leyes, también la de Protección de Datos, están para cumplirlas.
No, evidentemente, este no es el camino por el que discurrir en un congreso, ni es la forma de actuar del Partido Popular. Los linchamientos gratuitos, la conculcación de los derechos de los afiliados, el continuo daño a la imagen del Partido Popular que algunos han convertido en un modus operandi debe finalizar ya.
Es por ello que hace unos días propuse un debate de ideas a Biel Company que no fue aceptado. Ayer reiteré mi ofrecimiento, porque sinceramente yo si creo en el debate de las ideas como herramienta de mejora y progreso. Flaco favor hacemos a nuestro partido y por extensión a toda la sociedad cuando privamos a la política de los debates y los sustituimos por maniobras de dudosa legalidad y claramente condenables.
Ese camino, el de la confrontación gratuita y la falsedad no es el camino. Ni el mío, ni el de los miles de afiliados del PP ni el del Partido Popular.
Nuestro camino es el de la unidad, el que nos urge a luchar contra la corrupción, a ser un partido fuerte, de futuro con un mensaje unívoco en toda España. Ese sí es el camino Popular.
